Ahora dicen que no sería el único dios que hace milagros.
La existencia de los milagros representan un serio problema para mí. No tanto por no poder atribuir el resultado de una acción a una cadena lógica de causas y consecuencia (si esto representara un aspecto importante de la cuestión me dedicaría al estudio de la física y las distintas vertientes de las ciencias biológicas) sino porque introduce de una manera incuestionable el problema de la arbitrariedad de Dios.
Por supuesto que para los teólogos el tema de la arbitrariedad no representa un problema. Es tan sólo una consecuencia de la perfecta libertad de Dios. Pero para mí, humilde creyente de a pie, la existencia de un Dios arbitrario me sume en una suerte de conflicto. No estoy convencido de creer (o, soy sincero, de querer creer) en un ser superior que puede permitirse el lujo de intervenir en nuestras vidas a voluntad. Es por eso que mi respuesta hasta el momento había consistido en negar la existencia de tales intervenciones divinas, con una serie de consecuencias teológicas que no da para discutir en estos momentos. Me parece que ahora soy yo quien no puede darse más ese lujo.
PD:De ninguna manera esto invalida el post anterior y los sucesos que viví la semana pasada. Su única intención fue describir someramente la situación en la que me encuentro. A quién corresponda: Aprovecho la oportunidad para agradecer nuevamente.
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