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miércoles, 27 de abril de 2011

Misceláneas 2

 tormenta

Tormentas: Ahora dicen que serían causadas por los pocos días dedicados al trabajo de ciertos elementos sociales acostumbrados a vivir de Franco (?)

  • ¿Hay manera de saber cuál es el otro estreno que Los Abuelos de la Nada cantaron la noche que grabaron “Costumbres Argentinas”?¿Por qué, si es un estreno, se escuchan la voces de una chicas que gritan el nombre de la canción?
  • Puesto a elegir una guarnición, en la mayoría de los casos el puré de papas es insuperable. Sólo se admite otra combinación en el caso del asado, que por alguna razón no queda bien.
  • Creo que la idea que liga la ocurrencia de un hecho poco habitual con un fenómeno meteorológico perdió en algún punto su sentido. Por ejemplo: “Hoy Chiche agarró una pala y se puso a trabajar; ¡guarda que hoy seguro llueve!” Tal vez en algún momento quiso decir algo, por ahí fue parte de un chiste de algún viejo programa de radio, o a la gente por alguna razón le hacía gracia la hipérbole, pero lo seguro es que hace tiempo que perdió el significado.

jueves, 21 de abril de 2011

Los de afuera son de palo, dijo Gepetto

tio sam

Tío Sam: Ahora dicen que sería un toque chauvinista. Un toque nomás (?)

No soy nacionalista. A mi entender, la palabra nacionalismo se ha pervertido mucho y se ha acercado demasiado al chauvinismo. Tengo la sensación de que últimamente el saber popular entiende que el nacionalismo es algo así como creer que tu país es mejor que otro; que todos los otros. En lo personal me siento más cómodo con la idea de patriotismo, que refiere a que uno ama a su pueblo más que a los otros. No significa que uno no pueda amar otros pueblos, o hasta considerar que hacen las cosas mejor que nosotros. Refiere la identidad y al amor de lo que se considera propio.

De los muchos aspectos que considero desagradables del nacionalismo, creo que el provincianismo es uno de los peores. Es ese orgullo menor por los pequeños logros locales que nos impide congratularnos de nuestros logros como especie. Permítanme ilustrarlo con un ejemplo para verlo más claro. Este verano llegó a mi conocimiento la existencia de un libro que plantea que el asado fue un invento uruguayo. La afirmación es ridícula, y no porque crea que el asado es un invento argentino. El asado consiste básicamente en carne cocida sobre brasas, no tiene muchos más misterios. Desde que el mundo es mundo, la carne se debe estar cociendo de esa manera, por lo que reclamar autoría sobre esto es, por lo menos, poco serio. Este provincianismo no es propiedad de los uruguayos (reclamarlo como tal sería una muestra de provincianismo más), de este lado del Río de la Plata tenemos una cuota más que importante. 

Pero más allá de los errores a la hora de adjudicarse una autoría, es el propio principio del provincianismo el que está equivocado. La grandeza de un país no puede (a decir verdad no debe) ser medida en términos de los inventos  o de los aportes a la ciencia que realicen. Es que en realidad esta forma de nacionalismo disminuye a las naciones en lugar de mostrar su grandeza. ¿Qué lugar ocuparía la Argentina en el mundo si fuera medida y pesada usando como indicadores el colectivo, la birome, la picana y el alambre de púa? ¿Cómo podríamos discutir con un yanqui cuando lo único que tenemos para ofrecer son nuestros modestos tres premios nóbeles? ¿Por qué no sentirnos orgullosos por la teoría de la relatividad? ¿Sólo porque no la enunció un argentino? No tiene sentido. Ahora sí… con Tristán trazo una línea. El orgullo pergaminense no se mancha. ¡Te querés matar San Nicolás! ¡Junín LTA (?)!

Ingeniería de Alimentos

tanga

Polémica: Prenda femenina vinculada a jugo para niños

¿Si la gente del Jugo Tang decide agregarle vitamina A a su producto, va a pasar a llamarse Jugo Tanga? Controvertido.

Vence la sed profunda (?)

Gaytorade2 

Ley de Matrimonio Igualitario: Habría creado mercados impensados

Por fin se acaba la discriminación en la Argentina. Era hora.

domingo, 17 de abril de 2011

Si lo sabe, cante

javier-calamaro-submar

Javier Calamaro: Partícipe de uno de los momentos más bajos del rock nacional

En un post anterior mencioné, aunque de manera completamente indirecta, las dificultades que implica conseguir fondos para realizar investigaciones científicas. Generaciones, tras generaciones de investigadores han tenido que maquillar sus campos de estudio para conseguir los magros fondos que les permitan llevar adelantes sus trabajos. Bodrios que sólo son interesantes para aquellos que se encuentran muy inmersos en un campo de estudio, intentan ser disfrazados de verdaderos portentos científicos en la dura búsqueda de un mango en subsidios. Gracias a ciertas libertades retóricas y algunas propiedades embellecedoras,  pueden transformar modestas indagaciones sobre la evolución de los mercados emergentes (estudio al que nadie en su sano juicio dedicaría un centavo de los dineros del erario (?) público) en un estudio sobre el impacto de la Teoría del Caos en la predicción económica (?). Por supuesto que esta opción es mucho más atractiva, y el propio hermetismo del título es garantía de su importancia (?) Es como cuando a la hora de describir un vino se dice que tiene dejos de arándanos y frutos del bosque; si te dicen que tiene un gusto a uva que voltea no se lo venden a nadie. Nadie sabe a qué tiene gusto el arándano o qué es un fruto del bosque, pero todos nos sentimos más importantes si invertimos en algo que no llegamos a entender por completo.

En otros casos, la suerte quiere que el largo dedo de los Mass Media yanquis se deposite sobre alguna actividad desconocida y haga que los subsidios se precipiten sobre estas disciplinas. ¿Qué sería de los meteorólogos sin Twister? ¿o de la paleontología sin Jurassic Park? ¿Sabríamos a qué se dedican los arqueólogos si Harrison Ford no hubiera personificado a Indiana Jones? Gracias a CSI o a Bones tenemos perfecta idea de lo que hacen los médicos forense y de su importancia para la vida diaria. Yo hay veces en que sueño con que Jude Law o Leonardo Di Caprio hagan de un joven licenciado en Relaciones Internacionales que da clases en distintas instituciones mientras conjura los malévolos planes de oscuras y ancestrales organizaciones secretas. Si eso no abre las arcas del CONICET, no sé qué lo haría.

Sin embargo, quienes han hecho el esfuerzo más ridículo a la hora de vender su trabajo, son ni más ni menos que los Biólogos Marinos. Más allá del modesto éxito de Nano (?) y de Liberen a Wily, los biólogos marinos no tuvieron mejor idea que hacer correr la bola de que las ballenas cantan (?). Tengamos en cuenta que la ballena es un animal lo suficientemente grande como para tener un depredador y lo suficientemente haragán como para cazar un animal como la gente (se alimenta de Krill y organismos microscópicos), por lo que su estudio se convierte en algo casi imposible de vender a la hora de conseguir un subsidio. Hasta que no va que aparece (?) el patriarca de los biólogos marinos y se le ocurre el currito de que las ballenas cantan, y como por arte de magia aparecen los fondos para estudiar la aspectos etológicos de los grandes cetáceos. Seamos buenos, las ballenas hacen un ruido (más bien desagradable) que les permite comunicarse con sus congéneres a kilómetros de distancia; de ahí a decir que cantan hay un campo de distancia.yo diría que afirmar que las ballenas cantan es un despropósito teorético (?), que sería suficiente para vetar todo fondo dedicado a esas líneas de investigación. Lejos de aceptar estas limitaciones y completamente indiferentes a cualquier norma metodológica, comenzaron rápidamente la venta con los CD de las canciones de las ballenas y (como me hizo acordar mi hermano) hasta más de un impresentable se prendió al despropósito de la música cetácea. Está bien que todos tenemos que comer y nadie está libre del pecado de exagerar un poco su propio currículo, pero aflojen que se van a dar cuenta y se nos va a terminar el quiosquito para todos

sábado, 9 de abril de 2011

Echarri’s Angels

angeles de echarri

Echarri: Un actor que le pone intensidad a la escena más trivial (?)

El chiste es malo y el collage es peor. Esta vez no tengo excusa, me voy sólo.

miércoles, 6 de abril de 2011

¡Apagale la luz!

nachos

Ignacios: Nachos para los amigos (?)

Alguien tenía que decirlo: la cantidad de nachos que te sirven en el cine, excede en mucho la cantidad de queso fundido disponible. Y seamos buenos, ¿hay acaso algo más desagradable que comer los nachos sin aderezo? Dejen… seguro que lo hay, pero no quiero enterarme.

De por sí estoy convencido de que comer en el cine está mal; deglutir en la oscuridad es algo que no hace ningún animal, y de acuerdo con la lógica irrebatible de la biología (?), no puede ser bueno hacerlo. Me harán notar que los ciegos comen en una oscuridad perpetua, o que los esquimales lo tienen que hacer durante los seis meses de noche del invierno boreal; pero convengamos que la cocina lapona no es precisamente renombrada (los helados Laponia podrán haber sido muy conocidos en los años ochenta, pero se hacían acá) y que no descuellan (?) en la tele los cocineros no videntes. Puede que sea un problema de discriminación  (de hecho estoy por recibir una llamada de Morgado (?)) pero lamentablemente las cosas son así.

Pero además debemos tener en cuenta que comer en el cine es una actividad moralmente reprobable. Por alguna razón la mayoría de las comidas (a falta de un mejor nombre usaremos este) que se venden en los cines son crocantes y crujientes, como los mencionados nachos. La gente, en lugar de poner un poco de sí y colaborar con la convivencia tratando de hacer un poco menos de ruido, da rienda suelta a la dentadura, en un desenfreno masticador. La sinfonía causada por pochoclos, papas fritas y nachos, es realmente molesta; y si a esto se suman los estertores que produce el vaso de gaseosa al llegar al inevitable fin su contenido, nos invita (con una envidiable capacidad de persuasión) a abandonar la sala .

Para completar los aspectos dantescos de la experiencia cinéfila, hay que dar cuenta de que por alguna razón todas las superficies de los cines modernos se encuentran recubiertos de una suerte de alfombra, que no podría ser menos indicada para estar en contacto de gente que se ha sentado en la oscuridad con las manos sucias. Estas superficies afelpadas (?) están cubiertas por completo por las huellas pegajosas de cientos de clientes que han olvidado retirar su correspondiente servilleta, y que, protegidos por el reparo provisto por la oscuridad de la sala, han adoptado a los tapizados como sustituto apto. Si fuera por mi haría todo un cine recubierto de Corlok(?) o de otro material lavable. Por ahí los asientos no serían tan ´cómodos, pero tengan por seguro que serían más limpios.

sábado, 2 de abril de 2011

Chabón copado

recital

Recital: una oportunidad para quedar bien (?)

¿Soy el único que cuando va a un recital llama a alguien (en mi caso a mi hermano) para hacerle escuchar un pedazo de canción?

viernes, 1 de abril de 2011

Soda Caústica

soda

Sifones: Hasta hace poco mantuvieron a la Coca Cola a raya. Cayeron con el entreguismo de los 90, todavía los extrañamos (?)

Quiero empezar diciendo que soy un fiel partidario. Siempre que tengo oportunidad pido un sifón de soda. Y convengamos que a esta altura de la Soirée (?), con todos estos movimientos cool y verdaderamente cancheros de Palermo, el sifón de soda ha sido desterrado de las cartas de los restaurantes. De hecho hasta la palabra soda fue expulsada del vocabulario gastronómico, tomando su lugar engendros lingüísticos como agua gasificada o, en el peor de los casos, finamente gasificadas con ese tinte tan poco masculino que lo caracteriza. Pero también cambiaron las prácticas relacionadas con la soda. Antes la gente le ponía un generoso chorro de soda al vino, con la misma naturalidad con la que compraba cospeles del subte o pagaba la boleta de Entel. Ahora, si alguien osara en público mixturar (?) el vino con la soda en un restó parlemitano sería perseguido por hordas de diseñadores y gente linda (?) sumidos un éxtasis de furia sólo comparable en su cerrazón con aquellos que condenaron a Sócrates (?) Por ahí me excedí en la descripción, pero la idea se entiende.No quiero ni pensar que pasaría si alguien confesara en algunos de esos círculos que de vez en cuando se clava un Amargo Obrero o un Terma. Me corren escalofríos por la espalda.

El sifón de soda quedó restringido a lugares de mala muerte o bodegones periféricos a los que concurro por el simple placer de tomarme un sifón de soda. Seamos sinceros si vamos a tomar soda, más vale que sea en sifón; esa es la manera en que se debe disfrutar la bebida.

Sin embargo, y pese a la defensa que he esgrimido, debo confesar que nunca encontré un sifón que no goteara. No está del todo claro cual es el lugar por el que escapa el líquido , pero la realidad es que una vez que el sifón es activado no deja de marcar aureolas en el mantel y a derramarse lentamente. Si a esto sumamos la cantidad que queda en el fondo y no puede ser absorbida por el sistema del sifón, nos encontramos en presencia de algo que puede calificar, por parte de alguna mente leguleya, como una pequeña estafa. Pero la verdad es que no me importa demasiado; todo sea por poder tomar un sifón de soda tranquilo.