Vincent y Jules: maneras misteriosas.
A diferencia de muchos de mis amigos, soy creyente. Lamentablemente, mi fe es endeble y me encuentro en abierta oposición a las posturas políticas y sociales las jerarquías eclesiásticas. Digamos que en el mejor de los casos soy un católico sui generis (no estoy seguro de que esto sea posible) y hasta he sido acusado de pertenecer a una religión “buena onda” armada con sus aspectos más benéficos y rechazando los aspectos controversiales. Hago esta suerte de introducción para aclarar desde dónde hago la siguiente afirmación. Durante esta semana sucedieron una serie de eventos que sólo pueden ser descriptos como milagrosos. Y no hablo de esos milagros metafóricos como los atardeceres en la playa o alguna otra cursilería por el estilo. No, estoy hablando de un milagro puro y duro; de hacer que lo imposible sea posible. Estoy hablando de intervención divina.
Los hechos en sí no vienen al caso, pero lo cierto es que hasta una persona tan racionalista como yo debe rendirse ante la evidencia aún cuando se carezca de toda evidencia. No les pido comprensión a quiénes no han tenido la oportunidad de pasar por una experiencia de este estilo, pero créanme que estas cosas pasan. Tal vez a mi también sólo me quede recorrer la tierra, aunque ya haya un nombre para eso (?).
PD: A quién corresponda: le estoy eternamente agradecido.
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