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sábado, 3 de septiembre de 2011

Marge… creo que odio a Michael Jackson

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Distribución normal: Un colectivo equilibradamente lleno, sin lugar para nadie…así serían todos si no existiera la disrupción de los que se quedan adelante, ¡Cómo los odio! (?)

En esta nueva sección, que hemos dado en llamar  “Cosas que hace la gente y que me molestan profundamente”, hoy nos visitan aquellas personas que apenas suben al colectivo se quedan parados al lado de la máquina. Cómo todos deben haber notado, hay un problema en el diseño de los colectivos que consiste en poner junto a  la máquina expendedora de boletos, asientos dobles de ambos lados del transporte. Se forma de esta manera una suerte de cañón que conduce a la puerta del medio y a las amplias planicies de los lugares reservados para las sillas de ruedas. Sin embargo las personas que nos ocupan en esta oportunidad jamás conocerán los verdes pastizales  de este amplio sector del ómnibus. No…jamás. Ni bien consiguen su boleto, apenas si se mueven un paso hacia el interior del vehículo y se aferran a uno de los parantes del coche (?) con la misma desesperación con la que un naufrago se aferraría a una tabla salvadora en alta mar. Con este gesto no hacen más que retrasar la fila, forzándonos a tener que pasar literalmente por encima de ellos para salir de ese atolladero. Y si bien el chófer recurre a la nunca bien ponderada invitación a correrse en búsqueda del mítico e inacabable espacio que habita en el fondo del colectivo, nunca parecen sentirse interpelados por el llamado.

Nota: Muchos de ustedes objetarán que la descripción de cosas que hace la gente y que molestan profundamente al autor es básicamente la única cosa que se hace en este blog, y que por lo tanto, difícilmente pueda ser considerada esta una nueva sección. Sin embargo, en mi defensa, debo decir que este catálogo de pequeños resentimientos normalmente conduce a la ´formulación de alguna teoría o comentario de dudosa pertinencia. En este sentido, esta sección se limita a despotricar gratuitamente sin ningún fin ulterior. Una suerte de catarsis. Los invito a hacer lo mismo en los comentarios. Es mi contribución a la salud mental de la comunidad.   

2 comentarios:

  1. Ante la venia del autor del blog: Condena para los telemercaderes que ya no ofrecen, sino que tratan de "engancharte" mediante engaño la prestación de un servicio promocional de telecomunicación. Escúchese en sus "speeches": "Buenos días, hablo con el titular de la línea... lo llamo para RECONFIRMAR el servicio de llamadas de larga distancia que usted posee... o el abono mensual de $X", por dar un ejemplo. (Entiéndase que es un servicio que uno nunca ha contratado).
    Desde ya, quiero agradecer la posibilidad de protesta, que en otras oportunidades me ha negado el Sr. Facundo Pastor por considerarla intrascendente.

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  2. Fede: Me resulta extraño porque si algo caracteriza a Pastor es que no hay temas intrascendentes para él. Tendremos que probar con Graña. No queda otra

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