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sábado, 13 de noviembre de 2010

No olvidemos que destruyeron Buenos Aires (?)

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Vaquita de San Antonio

Principal sospechoso/a del ataque a Buenos Aires

De todas las arbitrariedades a las que la sociedad parece someternos, creo que la casi universal aceptación de la Vaquita de San Antonio es sin lugar a dudas una de las más curiosas. Reconozcamos que la relación de la humanidad con los insectos ha sido, en líneas generales, conflictiva. La sola idea de compartir un espacio con insectos puede ser suficiente para sacar de quicio a personas, por lo demás, muy atildadas. Cuando se trata de alimañas, no parecen haber dudas; la respuesta es siempre el exterminio. ¡Lo siento cucaracha… pero no negociamos con insectos! Sin embargo, cuando se trata de las Vaquitas de San Antonio (puede parecer un nombre curioso, pero es mucho mejor que el “Mariquita” con el que se las conoce por otros lares) aparentemente todo se le perdona. Hasta conozco gente que, como pacifistas traidores en la guerra contra los insectos, permiten que la alimaña en cuestión camine por sus manos libremente, en un momento de comunión con la naturaleza que hace que San Francisco de Asís parezca un empleado de las compañías petroleras (?).

Cada vez que he expuesto la notoria arbitrariedad de esta actitud, se me ha contestado con una serie de vagos argumentos que no hacen más que confirmar el punto expresado. Por ejemplo, se suele argumentar que es un insecto inofensivo, mientras que otros, a efectos de la argumentación el mosquito y las hormigas, resultan nocivos para los seres humanos. Sin embargo, esto no evita que otros insectos inocentes, como la libélula y su mucho menos sofisticado primo el aguacil, deban lidiar con el oportuno chancletazo. De hecho, si se me acerca una abeja, yo le doy con la Revista de La Nación enrollada, sin ningún tipo de contemplación. Y eso que la abeja no sólo no es nociva, sino que hasta trabaja para nosotros [se podría decir que la tenemos de gato(?)]. Otro argumento gira en torno a la belleza de las Vaquitas de San Antonio. En este sentido no hay mucho que decir, el gusto es algo subjetivo. A mi me parece que por su forma, la Mantis Religiosa es infinitamente más interesante que la prima varicelada de la chinche (?), y sin embargo la extermino sin ponerme a pensar mucho en el acto.

Pero el argumento más curioso, es que el Bovino de Areco (?) es limpio, no como las moscas y cucarachas que pululan por la basura. Este sin lugar a dudas es el argumento más falaz de todos. Seamos buenos; ¿cuánto sabemos en realidad de la vida de las Vaquitas de San Antonio? No creo que la ciencia haya dedicado un centavo de los escasos subsidios que recibe para estudiar las costumbre de estos insectos. Por todo lo que sé, las Vaquitas de San Antonio pueden haberse estado revolcando en la más inmunda de las suciedades antes de irse a posar sobre el brazo de algún humano. Yo por lo menos no lo descartaría. Pero el argumento de la limpieza viene de la mano del hecho que las Vaquitas de San Antonio no contagian enfermedades. Sin embargo, no podemos hacer esa afirmación. ¿Hemos descartado la participación de estos insectos en la Lepra, por mencionar alguna enfermedad? ¿No? Entonces no quememos etapas (?).

Creo que a largo plazo las consecuencias de este accionar caprichoso de la humanidad tendrá consecuencias catastróficas.Desde mis muy limitados conocimientos entomológicos (?) puedo afirmar que privadas de su enemigo natural (el ser humano) las Vaquitas de San Antonio progresaran hasta aumentar de manera espectacular, tanto en número como en tamaño. Cuando, las ahora Vacas de San Antonio, reclamen la tierra no digan que no fueron advertidos. Más vale pegar un buen ojotazo ahora que estamos a tiempo, que tener que enfrentarlas con armas largas en Plaza de Mayo en un futuro no muy lejano (?) Puede que esté exagerando un poco, pero más vale prevenir que curar.

2 comentarios:

  1. UN argumento adicional para explicar su inofensividad (¿?) es que tienen nombre de santo, eso les juega a favor, ahora si les llamamos mariquitas ya se le puede encontrar enemigos a montones

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  2. Yo creo que la simpatia que despiertan es por sus colores, es que al ser rojas con puntos negros resultan llamativas. La prueba esta que existen otras que son primas (?) de un color marron, sin pintitas que no son tan copadas

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