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viernes, 26 de octubre de 2012

Comete a tus ídolos, literalmente (?)

pochoclinvienisima

Pochoclín y los Perros de Vieníssima: Decí que no tuvieron que publicitar Viagra, que si no…(el humor fino y para toda la familia)

Muchas veces no nos damos cuenta, pero las consecuencias de contratar a creativos chambones y chapuceros (?) puede ser realmente grave para la psiquis de los jóvenes consumidores. En su falta de imaginación y haraganería, proponen la creación de personajes como el que ilustra esta nota; el por todos denostado Pochoclín.

Más allá de lo increíblemente mojigato (?) que es Pochoclin, los creativos no han tenido mejor idea que poner a un personaje que asemeja una bolsa de pochoclos.. a vendernos pochoclos. Por lo tanto, si por alguna casualidad generamos algún tipo de rapport y la publicidad funciona, terminaremos comiéndonos al bueno de Pochoclín, lo que no deja de ser una experiencia horrible para un niño. Pero no contentos con esto, se ven imágenes del inefable personaje ¡comiendo pochoclos! Si eso no es un acto de canibalismo, yo no sé qué es.

Sin embargo, las palmas se las llevan los creativos de la empresa Vieníssimas, quiénes en el fragor de los años ochentas, no tuvieron mejor idea para vender salchichas que crear tres personajes basados en el perro de moda de aquellos años: el perro salchicha. A diferencia del monigote de Hoyts, los perros salchichas de Vieníssima, rebosaban (?) onda (o por lo menos eso me parecía a mí en mi infancia). Los perros salchichas de Vieníssima eran una suerte de versión local de los sobrinos del pato Donald, llevando adelante aventuras animadas, comercial tras comercial.

Sin embargo, este éxito representa un problema. Recuerdo la angustia que sentía cuando era niño porque tenía que sentarme a cenar a mis ídolos televisivos. Una sensación realmente terrorífica. Creo que esto tuvo un impacto tan fuerte en la psique de la gente de mi generación que, si se fijan bien, los perros salchichas han sido prolijamente eliminados de las publicidades de Vieníssimas.Ya han arruinado a una generación, lo menos que podían hacer era arrepentirse ¿o no?

El caso opuesto, de una publicidad bien hecha (para mí eh…para mí) en la década del ochenta, era la de los quesos San Regim de Sancor. Si bien el protagonista era un ratón, era lo suficientemente simpático como para vencer la repugnancia que nos generan los roedores. Pero además, compartíamos con el animalito un particular interés por el producto (casi que podríamos decir que el ratón funciona como un experto) que nos lleva a querer comprar el queso. Se crea una sinergia entre nuestro deseo y el del roedor que es demoledora (?) Además de que nos ayuda a cuidar la figura y eso nunca está de más.

2 comentarios:

  1. en los años ochenta (o seria por los `70?), la oligarquia dominante, permitia propagandas como las del chocolate aguila, donde un sr de color promocionaba el producto, que tiempos aquellos!!(modo adolf off)

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  2. Pero las salchichas No se hacen (en occidente por lo menos... creo... espero...) con perros salchichas. Igual veo a donde apuntás, es una fechoría semántica de la generación inmediatamente anterior a la nuestra. hijos de put*.

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