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jueves, 13 de octubre de 2011

La batalla de los quinchos

 peluquin

¡ No te puedo creer que ese no es su pelo!

Cómo muchos de ustedes deben saber, considero que ´las pelucas son infinitamente superiores a los disfraces. Sin embargo, ciertas personas consideran que esto es razón suficiente como para tomarse a las pelucas en serio. Es así como hombres de mediana edad (esta es una suposición que puede fácilmente ser rebatida por la realidad) confiando en el invalorable aporte del cabello masculino, recurre a la ayuda de estos ingeniosos artefactos en su afán de conquistar el amor perdido. Sin embargo, una trampa ineludible se esconde detrás de los servicios prestados por el bisoñé (?) Supongamos que la trampa surte efecto y nuestro sujeto hipotético tiene éxito conquistando a su señorita (o señor, tampoco hay que discriminar a nadie). He aquí el quid de la cuestión: ¿en qué momento puede nuestro muchacho sacarse el peluquín? Mi respuesta es nunca.

Puede que les parezca una exageración, pero piensen que se trata de un hombre que le otorga tanto valor al cabello como para mentir sobre eso. En ese sentido son como las mujeres que se ponen siliconas en el pecho: realmente le otorgan un peso exagerado a una característica particular de su anatomía. Sin embargo, las mujeres no tienen la necesidad de quitarse los implantes al final de la cita. En cambio, un hombre que ha recurrido a un peluquín deberá usar el peluquín hasta, en mi modesto entender, para bañarse. Es una de esas mentiras que requieren de una disciplina y persistencia que no está hecha para cualquiera. Por lo tanto desde Agarrame Gitano que me Caigo lanzamos una advertencia a nuestros estimados lectores: si no están dispuestos a vivir una doble vida; si no están dispuestos a mirar a la cara a sus seres queridos y mentirles consistentemente por el resto de su vida, manténganse alejados de las pelucas. Es por su propio bien.

7 comentarios:

  1. Alejandro ...Sabella jeje14 de octubre de 2011, 3:19

    jajaja me pareció muy divertido ... muy bueno!
    Creo que la foto ...te sumó puntos extra ! jaja

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  2. EL momento de confesar el truco es, sin dudas, en octubre-noviembre, que es cuando empieza el calorcito, porque despues vienen las vacaciones y no hay forma de meterse al mar y que el quincho aguante en su lugar (mas alla de que el agua salada no debe ser nada bueno para esas crines)

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  3. Nunca! Comparado con el hecho de tener pelo meterse en el mar es un detalle menor. El verdadero cultor del peluquin se va a vivir a Quitilipi para no tener nunca la tentación de meterse en el mar. Y se baña con gorra. Muchas gracias a Sabella, la elección de la foto fue realmente determinante.

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  4. Che!!! miren el lado positivo, tenes una mejor perspectiva a la hora de peinarte, podes ver si el remolino esta acomodado, se puede lavar en el lavamanos y si lo tenes que teñir lo metes unas horas dentro de un balde con anilina y te queda parejito...

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  5. Se puede negociar no?
    Melena (peluca) canchera todo el año, y pelado con onda en el verano. Los primeros días de febrero te desapareces 20 días, y mágicamente al comenzar Marzo la frondosa cabellera está ahí!

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  6. Piccoman, después pasame tu pin que te voy a contar un secreto que -creo- no sabe nadie.

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  7. Bueno,al momento de desenvainar la calva siempre existe la excusa de: "me la regalaron y yo pensé que era una especie de boina hasta que vos me lo hiciste notar".Habiendo amor todo se puede negociar.

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