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viernes, 20 de mayo de 2011

Simonía

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No creo que una mujer desnuda nos ayude a eliminar el deseo (o por caso a calmar los nervios)

Como pueden ver en la foto que ilustra esta entrada (?) se encuentra disponible en el mercado un calmante natural al que sus propietarios, no tuvieron ningún empacho en denominar Dalay. El intento de usufructuar la proverbial calma de los monjes tibetanos, es barato y debe ser condenado con toda claridad. Sin embargo, es un claro indicador de un fenómeno mucho más amplio, como es el escaso respeto con que Occidente ha tratado a las religiones de otros pueblos. Lamento no haberle sacado una foto, pero este verano vi un lavadero de autos que se llamaba el Buda. Imagínense la reacción de los budistas que pasan por ese lavadero al ver ese nombre sagrado involucrado en actividades tan mundanas. No creo que la existencia de una banda de rock llamada Nirvana les haya agradado mucho más.

Pero para que el argumento adquiera su máxima fuerza debemos plantearlo al revés. ¿Qué pasaría si una fábrica china hiciera trípodes de marca Santísima Trinidad?¿y si vendieran anticonceptivos con la imagen de la Virgen María? Pondríamos el grito en el cielo. Es cierto que no condenaríamos a muerte a los publicistas, como hicieron algunos clérigos musulmanes con quienes pintaron la imagen del profeta Mahoma, pero no la acabaríamos más. Y tendríamos todo el derecho a pedir que se trate con respeto aquellas cosas que consideramos sagradas. Sería bueno que empecemos a otorgar ese derecho a quienes nos rodean.

2 comentarios:

  1. No me había acordado del insecticida marca El Buda, que aniquila cualquier nueva encarnación de andá a saber qué pariente. Es doblemente ofensivo...

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  2. aca en Pergamino hay una que es buenisima (prometo una foto cuando pase por alli) se trata de una cerrajeria que se llama "el Yaveh"

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