El de los Piojos: Ahora dicen que sería el único infierno con patiecito adelante.
Con motivo del muy inspirado post del compañero Geraldinho (cuyo blog es altamente recomendable), creo que sería conveniente reflexionar un poco sobre el infierno. En primer lugar les pediría que a los efectos de este post consideren el infierno como un lugar real; quisiera evitar una eterna discusión entre escépticos y creyentes. En segundo lugar, y dada la falta de evidencia directa sobre la forma que tiene el lugar, digamos que las distintas representaciones del infierno son coincidentes con los principales temores de los distintos grupos sociales. Por lo tanto, sería esperable que grandes cambios en los tejidos sociales, redunden en modificaciones de sus representaciones del averno. De esta manera, no debería extrañarnos que las representaciones infernales hayan pasado de seres monstruosos que agitan tridentes en cavernarios mundos llenos de fuego, hasta representaciones burocráticas del infierno dónde Satanás no pasa de un subdirector obsesionado por el cumplimiento de su trabajo sin sentido. (Convengamos que pese a no ser un cargo de amplias responsabilidades, el de subdirector encarna la burocracia como ningún otro). Si bien hay situaciones que considero infernales per se (reuniones de consorcio, filas de bancos, la escuela primaria (?), distintas formas de transporte público) preferiría en este post concentrarme en los aspectos colectivos de nuestras representaciones infernales.
La primera reflexión que me surge es sobre la profundidad de los cambios sociales que llevan a una sociedad a temer más la pérdida de tiempo y el sin sentido, que al dolor físico y la tortura. Dudo que podamos evitar que un campesino italiano del Medioevo (Morales ¡cuac!)se entregue por completo a una vida de lujuria y pecados varios, si lo amenazáramos con un infierno en el que deba hacer constantes trámites. De hecho esa perspectiva era algo sobre lo que fantasear por la noche. Por otra parte, la mayoría de las representaciones del infierno, parecen acordar con la opinión de Jean Paul Sartre: “El infierno es el Otro”. El averno parece ser un lugar abarrotado de gente (lo que nos dice algo sobre la capacidad de misericordia y perdón de los artistas, por no extenderlo a todo el género humano) en donde, a los tormentos descriptos, se agregan los propios de la convivencia humana. Sin embargo, y casi paradójicamente, no parece haber registros de infiernos en donde estemos condenados a pasar la eternidad solos. En lo personal encuentro que este´sería una castigo significativamente más cruel que los anteriores.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado, deberíamos decir que en líneas generales el infierno parece haber sido diseñado por un adherente al modelo agroexportador (?) El hades remite en líneas generales a algún proceso fabril, ya sea por las máquinas utilizadas en la tortura o por las fraguas que adornan sus paisajes. De hecho, las bucólicas imágenes de campiñas y labradíos (?) están reservadas al paraíso; lo que abona la idea de que los infiernos no son lugares para estar solos. La otra conclusión que uno podría sacar es que el infierno es un lugar construido por el hombre, mientras que el paraíso es algo de una condición más “natural”( por llamarlo de alguna manera, considerando su carácter preternatural). Finalmente, y como una suerte de corolario, me molesta la gente que cree que el infierno está bueno porque te dejan fumar y emborracharte y comer todo lo que quieras, mientras que en el cielo tenés que estar más careta (sic). Estas personas incapaces de imaginar un paraíso que consista básicamente en lo que les gusta (grado cero de toda elaboración teológica sobre el cielo) merecerían ir al infierno por haraganes y por no cuestionar las ideas que de la eternidad que les trasmitieran los dibujitos del Gato Sylvestre.
lo mas cercano al infierno que se me ocurre es cuando vas al registro civil a hacer algun tramite, el mas pesado es el de renovacion de DNI
ResponderEliminary si hablamos de diablo... me parece que el que mas miedo mete es el Diablo Monserrat, que fiero que era ese muñeco
ResponderEliminarHay muchas situaciones verdaderamente infernales en la vida urbana. Yo creo que las relacionadas con el transporte público se llevan los premios. Pienselon (?) son lugares donde nadie quiere estar, especialmente el chófer. La duración del viaje guarda directa relación con la temperatura del infierno.
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