Vuvuzela: Ahora dicen que sería el más molesto de los nuevos ruidos.
Dejando de lado el tema zen del árbol que cae en el bosque, la verdad es que uno creería que todo lo que se puede decir (cuac!) sobre el sonido, ha sido dicho. El punto es que, a grandes rasgos, todos los sonidos que se podrían haber hecho, ya se hicieron. Ya sea el ruido que producen los elefantes o los virus al atacar otras células; el ruido de los trenes o el ruido de la electricidad pasando por un chip, es razonable pensar que todos los ruidos posibles ya han sido emitidos aunque sea una vez. Sin embargo, de cuando en cuando, nuevos sonidos nunca antes producidos se hacen audibles en la superficie de nuestro planeta. Y lejos de producirse un enorme silencio entre todas las criaturas, nuestras vidas siguen su camino sin demostrar mayor interés por el fenómeno. Tal es nuestra habilidad para continuar con nuestras vidas, que muchas veces esos sonidos se convierten en un ruido de fondo para nuestras actividades.
De estos nuevos ruidos, al que creo que nos hemos acostumbrado más rápidamente es el que produce el celular cuando vibra. Ya en las películas ni siquiera hay un rington, sólo ese zumbido seco que producen las vibraciones de los nuevos teléfonos. Sin embargo, y pese a haber sido diseñado para atraer nuestra atención, no parecemos dedicarle mucho tiempo a reflexionar sobre la omnipresencia de este sonido.
Sí… ya sé lo que están pensando, manga de pervertidos…pero sepan que este es un blog familiar, ¡degenerados!
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