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jueves, 7 de julio de 2011

¡Estás igual!

patrullero patrullero 2

El patrullero de abajo es blanco, tiene sirena de LED y dibujitos tecnológicos en las puertas (?) ¡Ya me siento más seguro!

Hay una serie de elementos o características de la sociedad que por razones de conveniencia (y convivencia) deben estandarizarse o uniformarse. Por ejemplo, es de buen tino  que todos los taxis estén pintados de la misma manera o que en su afán de reforzar el concepto (?) de la marca todas las estaciones de servicio de la Shell o YPF están pintadas de la misma manera. Utilizando una lógica similar, la estandarización tiene un importante componente económico. Sería imposible llevar adelante la venta de galletitas o manejar un hospital  si no se hubieran estandarizado los procedimientos.

Por mi parte,debo decir que en líneas generales, no estoy muy cómodo con la idea de la uniformidad. Más allá de cómo el uso de un uniforme simplifica la decisión diaria sobre cómo combinar el vestuario (?) lo cierto es que, en líneas generales, la estandarización atenta contra la originalidad, la diversidad y otros valores humanos que uno encuentra rescatables. Sin embargo, ni siquiera un hipotético hijo de Bakunin y La Pasionaria (?) podría ser tan militante del anarquismo como para creer en un mundo sin cierto grado de estandarización. Simplemente no se podría vivir en comunidad.

Pero el punto que me motivó a escribir este post, y a hacerles perder este precioso tiempo, es el curioso fenómeno que se produce por la incapacidad logística de introducir todos los cambios al mismo tiempo. El ejemplo de las líneas de colectivos es probablemente el más claro. Ustedes habrán notado que aún cuando las unidades de una misma compañía están pintadas con los mismos colores, pequeñas (y no tan pequeñas) diferencias comienzan a aparecer. Algunos colectivos tienen los números de LED, otros tienen coches de dos carrocerías; algunos tienen ploteada la publicidad de alguna película y otros cargan carteles con pedidos de subsidios a los que les ha pasado su cuarto de hora en la consideración pública. De hecho, las diferencias son tantas que uno debe estar completamente alerta para que los colectivos no nos pasen de largo. Pero el caso más notorio, a mí entender, se da con la Policía Bonaerense. ¿Por qué será que resulta virtualmente imposible ver a dos policías bonaerenses con el uniforme del mismo color? Se preguntarán ¿cuántas tonalidades de azul pueden existir? Bueno, es igual a la cantidad de efectivos reunidos, multiplicado por la cantidad de años en la fuerza (?). Señor gobernador, teléfono (?)

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. El color del uniforme no es lo que determina si pertenece o no a las fuerzas bonaerenses, los elementos que lo distinguen son: el "bigote reglamentario" y la "panza de piza con cerveza"

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