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viernes, 21 de septiembre de 2012

Moscato, Pizza y Fainá.

Turba irancundirijilla

Ahora dicen que en Springfield tienen una capacidad de acción colectiva que haría que se le cayeran las lágrimas a Mancur Olson

Creo que cada día se hace más evidente que este sistema capitalista se sustenta sobre la falsa idea de la libertad de elegir. En este consumismo imperante, es claro que la variedad se transforma en la garantía de que el sistema funciona (no deja de ser curioso como en cuestiones sociales esta idea de diversidad espanta a las buenas costumbres, pero eso es para analizarlo en otro ámbito.) Sin embargo, no debemos albergar en nuestros corazones ninguna duda de que estas opciones no son más que espejos de colores, destinados a desviarnos de la realidad. Porque sepan, compañeros, que en la obsesión de las empresas por tenernos decidiendo giladas radica la clave de las mayores estafas (?)

Tomemos como ejemplo el rubro pizzíempanadero. El otro día fui a una que publicitaba con orgullo preparar más de 50 tipos distintos de pizza. No jodamos, los gustos de pizza son tres, como mucho cuatro. Jamón y morrones, Fugazzeta y Muzza. Ponele una de anchoas para algún señor grande, ponele. ¿Para qué más? ¿Qué necesidad hay de tantos ananases (?) flambeados y de rúculas con jamones crudos y tomates disecados? ¿Qué vamos a esperar antes de reaccionar? ¿A que “La Sibarita” saque una pizza de arroz con calamares o de banana con dulce de leche? ¡Argentinos a las armas! (?)

Y no me hagan empezar con las empanadas. Todos sabemos que las empanadas son de carne o de jamón y queso. Como mucho puede haber una empanada de dulce de membrillo para el postre, pero nada más. Me apuro a refrenar sus objeciones, porque sé en qué están pensando. Si son tradicionalistas y quieren comer humita, viajen al norte y cómanla en la hoja de chala, como corresponde. No pidan ese engendro infecto que preparan acá con choclo en lata, en donde uno tiene menos chances de saber a priori si la empanada va a estar buena que de ganarse la lotería. Y ni quiero hablar de la empanada de verdura: si tenés ganas de comer acelga pedite una porción de tarta, que, dicho sea de paso, todos sabemos que son de verdura, jamón y queso o atún, y no esos engendros que hacen los modernos en Palermo *. No jodamos con la empanada de verdura. Sin embargo, quieren hacernos creer que las posibilidades de rellenar una empanada son infinitas, como las permutaciones del I-Ching (?) Y si no han hecho todavía una empanada de guiso carrero, es porque no han encontrado la manera de marketinearla. Pero no perdamos las esperanzas.

Todo esto sin mencionar la cantidad de tiempo que perdemos tratando de quebrar el sistema de jeroglíficos que supuestamente debe ayudarnos a determinar de qué son las empanadas. Puntos, rayas, runas élficas (?), escritura cuneiforme, son sólo algunas de las opciones que los dueños de empresas de empanadas han elegido para arruinarnos la noche. En fin, creo que nos iría mejor si uno le pidiera a un médium o a un rabdomante (?) que intente encontrar la empanada de carne en esa orgía de variedades sin sentido. Yo creo que si los nazis en lugar de confiar en la máquina Enigma, hubieran contratado como criptógrafos a los dueños del “Noble Repulgue”, te ganaban la guerra. Mirá lo que te digo (?) Es imposible que uno no termine mordiendo, con completo desencanto y acarreándose el repudio generalizado de la concurrencia, una empanada de camarones con salsa golf que pidió algún tilingo infiltrado en el grupo. Y eso sin mencionar que nunca falta el autoritario que, munido de un cuchillo, se dispone a cortar todas las empanadas para que no queden dudas sobre su contenido. Uno debe estar dispuesto a alienarse de su grupo de amigos si se va a juntar a comer empanadas.

La misma lógica de las incontables variedades de cosas sin sentido (y que no afectan nuestras vidas de manera significativa) propia del consumismo moderno, puede aplicarse a productos como los helados, los alfajores y hasta a las salsas de los panchos. ** Ahora sí, no vaya a ser cosa que queramos tomar decisiones realmente trascendentes en nuestras vidas; como quién se queda con la plusvalía. ¡No papá!, para eso está la policía, para reprimirte. Es así, si uno lo analiza con detenimiento, lo único que se interpone entre nosotros y la revolución es la heladería Grido. Ya voy buscando mi antorcha y mi horquilla para formar una buena turba iracunda. Como las de antes.

 

* nota del autor: Mención de honor a la persona a la que se le ocurrió la tarta de calabaza, quién tendría que estar preso sin miramientos y sin posibilidad de salir. No embromemos, (?) es una ¡tarta de puré de calabaza! Hacete una de puré de papas también, rocho (?)

** nota del autor: Ahora que le puedo poner papas y aceitunas al pancho la vida sí vale la pena ser vivida (?)

jueves, 20 de septiembre de 2012

No botes tu voto (?)

urnaelectoral02

Fuerza General!!…ah…no…eso era de otro chiste.

Uno de los argumentos que he encontrado en la discusión sobre permitir que los adolescentes de 16 años puedan votar, se centra en la presunta incapacidad de los jóvenes de esa edad para votar correctamente. El argumento es realmente sorprendente, en especial cuando uno considera que la característica principal de la democracia consiste en votar por la opción que se prefiera. Digo, si cada uno vota lo que quiere ¿de qué manera puede uno equivocarse a la hora de votar? Por tal motivo, y en mi afán de zanjar la discusión, propongo dos opciones simples y baratas (?) para evitar la presunta inhabilidad de los púberes argentinos (y por qué no a algún que otro adulto distraído) para votar.

En primer lugar, el sufragante (?) debe tomar la precaución de leer correctamente la boleta. Si uno quiere votar al candidato x del partido A, debe asegurarse de que introduce en el sobre la boleta del partido A. Por otra parte, al acercarse a la urna de la mesa que le corresponde, introduzca el sobre (como quien dice) de canto. En cualquier otro sentido en que intente sufragar redundará en un fracaso, causando que su voto no sea considerado en el recuento final. Siguiendo estas indicaciones, que no exigen una capacitación que exceda los 5 minutos, nos podemos asegurar que todos los ciudadanos voten como Dios manda…o la ley electoral. lo que ocurra primero (?)

Esto fue, aprendiendo a votar correctamente, por Piccoman para Nivel X (?)